Este libro lo leí participando en el Club de Lectura de la Fundación Montemadrid del barrio San Cristóbal de Madrid. De no ser por este hecho es una de esas novelas que no hubiera leído al no formar parte de mi universo literario. Pero ha merecido la pena y se amplia mi visión lectora. Años después vi la película basada en esta novela.

Una escritora, Julie, busca un tema para escribir un libro después de haber publicado uno con bastante éxito. Recibe una carta de una persona que no conoce, preguntando por un autor y una librería. Viene de Guernsey, una isla de Inglaterra. Decide ir a ella para hacer un estudio de la ocupación alemana de este pequeño trozo de tierra inglés por parte de las tropas nazis. Un espacio de 11 km. por 8 km. Es el año 1946. Los alemanes tenían normas para todo, hasta para lo más nimio. Si van de pesca hay que dar un parte. Y a los soldados les prohíben robar las huertas.

A la escritora, Julie, no se le dan bien los hombres. Su libro llegó a esa isla. “Quizá hay en los libros un instinto secreto que los lleva a sus lectores perfectos.” La lectora entra en un mundo ajeno a ella, pero que acaba viendo entrañable. Es un ambiente peculiar que le hace preguntarse “¿un cerdo puede ser la causa de formar un círculo literario?”, o ¿ cómo es un pastel de piel de patata? Darley explica que es que no hay cerdos, porque se los llevaban los alemanes. Para comer no les queda más remedio que cultivar patatas. Inventaron el pastel de piel de patata para tener algo más que comer ante el hambre que pasaban.

¿Cómo se esconde un cerdo?Amelia lo hizo con uno sano y enseñó a matarlo sin que hiciera ruido.

Esconden un cerdo que comieron el primer día que se creó la sociedad literaria. Les pillaron, pero no lo dieron porque dijeron que era una costumbre de aquel club que inventaron improvisadamente en el mismo momento. Una ocurrencia espontánea. Surgió como estrategia para que no les encarcelaran. Algunos alemanes quisieron asistir. Tuvieron que inventar sobre la marcha sus propias normas sin tener experiencia de lectura.

Las autoras, tía y sobrina.

Cuando decide escribir un libro sobre la guerra pensó que la gente estaría cansada. Va a escribir sobre esa isla ocupada por los nazis. Quitaron las radios y todo tipo de comunicación con el exterior a la población, de manera que no pudieron comunicarse con Inglaterra. No sabían ni entendieron que es lo qué pasó. Estuvieron cinco años aislados sin comunicación con nadie de fuera de la isla. Hitler ordenó ocupar las islas del canal. Los habitantes no fueron reclutados por el gobierno inglés. Algunos fueron voluntarios. No pagaban impuestos. Supieron del desembarco de Normandia porque escondieron alguna radio, de manera clandestina. Los vecinos observaron que hubo soldados alemanes buenos.

Hay una librería, lo que le hace reflexionar que los libreros son una raza especial, no saben mentir. Que se entra en una sin saber qué se quiere, se mira… Calcula que el treinta por ciento de los libros que se compran son para regalar.

Conoció a una pareja que él quedó plantado en el altar mismo día de la boda. La novia apareció muerto tres meses después, el día antes de la liberación de la isla. El novio fue feliz. Otro matrimonio tenía una estantería llena de libros y de trofeos deportivos. Se divorciaron. Va salpicando de anécdotas la historia para mostrar lo sui generis del paisanaje.

Muchos isleños resistieron la guerra leyendo autores clásicos, alrededor de un pastel de piel de patata. Algo tan simple cautiva a la escritora. El editor escribe a Julie para ofrecerle una idea, pero ella no responde. Entonces va a verla. Ella quiere escribir un libro. Al periódico envía artículos bajo un pseudónimo. Ella recibe flores, logrando descubrir quién se las envía: Reynols. Se lo agradece. “La guerra hace extrañas parejas.”

“Las mujeres son más interesantes en los libros que en la vida real.” Una chica, Iva, se ve fea. Afirma que sabe lo que es la pasión por los libros que ha leído, porque nunca la ha sentido. “Dios quiso que la mujer sonriera para tener menos problemas.”

“Leer buenos libros impide disfrutar de los malos.” La lectura animó a los vecinos de la isla mientras que estuvieron los alemanes. Surgen rivalidades, como entre Adelaida y Elizabeth, que se siente despreciada por la primera, que mantiene que la sociedad literaria es una farsa. Le pide a Julie que no escriba sobre este club, que viven una época de decadencia moral. La sociedad literaria luego se hizo realidad. Alguien cita a Séneca: “Cualquier ciudadano prefiere ver desorden en Roma que en su pelo.” Leen a este autor, lo mismo que a Carlyle o un libro de cocina.

Mark, el editor se enamora de Julia. Vuelve a viajar a la isla. La escritora en su novela dedica dos líneas a la ocupación y se centra en las historias personales. Se da cuenta que “una sucesión de anécdotas no hace un libro; necesita un centro, un punto de vista de un personaje.” Éste, piensa, sería el de Elisabeth.

Elizabeth murió en un campo de concentración. Sin haberla a penas conocido siente su muerte muy cercana. La pillaron llevando comida, unas semanas antes de que los nazis fueran derrotados. Siendo muy arisca ayudó mucho a los demás.

Sindey enseña una foto a Julie de Mark bailando con Úrsula. Ella se siente atraída por la escritora a la que ve guapa e intelectual. Descubre que es lesbiana. Otra historia de amor es entre Remy y Dawrey. Y otras parejas, también descubren algunas del pasado a través de sus cartas, que roban. Descubren que a una vecina le escribió el famoso autor Óscar Wilde. Una abuela de una de ellas, que guardaba en una caja de galletas. Y supieron de una historia de amor de Elizabeth, con Damsey. Tenía guardado un libro de Rilke dedicado: “que convierte la oscuridad en luz.”

Normandia quedó destruida. La isla, Guernsey tuvo suerte. Resulta que aquel lugar apartado, donde la literatura fue algo fortuito guardaba relaciones esporádicas, con grandes escritores, posiblemente sin saber nadie que lo fueran. Julie quiere quedarse a vivir en la isla y cuidar de una niña, Kit. Isola, que escribe un diario, se convierte en la nueva portavoz de la Sociedad Literaria que continuará.

Julie se enamora del lugar, pero también de Dawsey que había roto con una francesa, Remy. La escritora le pide que se case con ella. Él dijo que sí. Él cuida de los cerdos, algo muy importante en la isla.

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