Este es un libro que leí hace mucho tiempo, pero me impactó muchísimo. He comprobado con otras lecturas que su autor es un sabio de la poesía, en general de lo literario. No siempre quien sabe qué es la poesía, quien habla de ella haciéndola descubrir al lector es un gran poeta, o llegan menos sus versos que su prosa.

Plantea este libro una reflexión necesaria para el hacer poético, porque de otra manera se cae en la inercia.

Sobre la poesía trasmite que es «tiempo desvelado»; “el enigma del mundo convertido en enigmática transferencia.” “El lector otorga realidad al poema, no siendo el poeta sino el primer lector de su poema y el primer autor”, de ahí que la lectura de un poema –dice- consiste en hablar y oír con los ojos.

Hace una reflexión que he repetido en no pocas ocasiones, porque sin entrar a explicarla dice mucho, a mí me llega: “”Un poema es el teatro de la palabra.

Deja ver que las construcciones poéticas y literarias actuales (segunda mitad del siglo XX) son funcionales, no significaciones. Lo cual le lleva a plantear que las obras antiguas eran representaciones de la realidad, tanto la real como la imaginaria. En este sentido la técnica, el mundo basado en la tecnología actúa e infiere sobre la realidad; “para la técnica la realidad es un obstáculo que hay que vencer.” Por eso comenta que la técnica destruye la imagen del mundo y acelera el tiempo histórico.

“La técnica empieza a ser una negación de la imagen del mundo y termina por convertirse en una imagen de la destrucción del mundo” Pone el ejemplo de que si la bomba atómica no ha destruido el mundo sí que ha destruido nuestra idea de mundo. Es en este contexto en el que surge la poesía del tiempo aludido.

La poesía y el arte brota del sentimiento, en sus múltiples caras y tragedias y alegrías. Al mismo tiempo se materializa en el erotismo, de ahí que sea un tema reincidente en la poética de todos los tiempos. “El erotismo es un juego, una representación en la que la imaginación y el lenguaje desempeñan un papel no menos cardinal que las sensaciones; No es un acto animal, es la ceremonia de un acto animal.” Y seguidamente ofrece una pinceladas sobre tantrismo que sirve para el pensamiento de la “iluminación”. Quizá antes de llegar a la mística hay todo un recorrido a través de la poesía. Es también su lenguaje, como lo muestra la poética de de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz.

Y una frase que recoge de Baulelaire: “El color existe, independientemente de los objetos que reviste”. Quizá quiera enseñarnos Octavio Paz que la poesía también lo es más allá de la que se halle escrita.

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