Es el segundo tomo de los cuatro de “Chirimiri”, en los que el autor ha querido dejar constancia de un trozo de historia que parece que se esfuma, cuando es una semilla del presente.

Editorial ALAMAR – del grupo Amarante

Narra un mapa de emociones, de sentimientos e ideas, a través de las vivencias de los personajes que van apareciendo. Chirimiri asiste al final del movimiento estudiantil como tal, se siente arrojado de ese ambiente del que quiere escapar, huir de su mundo sin tener otro y lo ha de crear. Busca la calma en el zen, con lo que aprende otra manera de mirarse, de ver lo que le rodea, pero todo le aplasta y cae en el abismo de la locura que es narrada desde el interior del personaje. Las palabras se rebelan y tendrá que aprender a dominarlas, asomándose al alma literaria. Todo un periplo por el delirio con personajes, animales de belleza, que le van a acompañar, como el chaval de la chaqueta, Fran quien será su amigo y consejero.

Descubre que lo que está loco, si es que existiera la locura, “otro lugar”, es el mundo. Decide interpretar la normalidad para salir de su encierro viendo la salud mental como una manera de enfrentarse a la realidad, que no está definida. Se va a una pequeña ciudad donde va a descubrir su historia de familia. Va a convivir con una hermana de su abuelo, Dora, anclada en la guerra civil, beata, de ideas totalitarias, pero entrañable. Serán capaces de convivir mundos divergentes unidos por la pertenencia a la familia-tribu. La contradicción la transforma en creatividad, no sin antes vivir un pulso de fe al querer entender las sensaciones que percibe en los rincones de la pequeña ciudad. La tía Dora le enseña refranes que él coteja con los libros que lee y que convierte en personajes, como a sus autores que van a intervenir en su vida y la de su entorno: Pío Baroja, Proust, Joyce, Cervantes, Hermann Hesse, Dostoievsky, Tolstói, Thomas Mann y otros muchos.

Cuando llega a la pequeña ciudad (¿quizá León?) va a descubrir el misterio de la misma con los “hombres de la noche” que estarán presentes después en los lugares donde recala. Políticos de pacotilla como el Dandy, el Sabueso, caciques de la cultura provincial, el de la farola, el camarero y demás. El retrato interior de una ciudad conservadora y a la vez fuente de rincones surrealistas llenos de pasión por vivir más allá de la existencia cotidiana.

Cuadro de Juan Genovés

Se relaciona con jóvenes que tienen como él inquietudes, descubriendo nuevas ideas, ¡inventándolas, para crear una asamblea (¿quizá Los Verdes?) que pretende cambiarlo todo, luchar por pequeñas cosas que irán calando bajo la estrategia de concienciar, pero que de antemano se rechaza ese punto de vista de lo que será un partido antipartido, que nadie entiende, ni siquiera una parte de quienes lo forman. El fervor de la poesía, el teatro, de leer y escribir se derrama entre nuevas ideas.

Existió una lucha y los átomos de la misma. Algunos se podrán observar en esta historia donde no hay hechos sin sentimientos. La lucha contra la Alianza Atlántica, (quizá la OTAN), como pacifistas. Contra la desaparición del Gran Valle (¿Riaño?), contando interioridades, desde el punto de vista ecologista, de la resistencia contra que se destruya la naturaleza y la cultura. Sabios que les darán palabras para seguir en sus pequeñas epopeyas, como el doctor Linden. Hacen de su lucha un escenario dramático y cómico a la vez.

Pedrulo, Estela, Cundy, Raimon Bell, Irene, Darío, Ana, el Pasillos irán apareciendo con otros protagonistas a medida que forjan un ambiente onírico que irá calando en el imaginario literario, junto a lugares como el bar de Lola al que acuden las prostitutas del barrio, en un ambiente de dejadez y apatía urbana, de mujeres rotas. Dará lugar a pasiones teatrales, de escribir, pintar, incorporar la filosofía a las conversaciones cotidianas, una locura antídoto de la locura mundana. El señor Mandaro y el poeta del bombín.

La mentira-mundo tiene un altavoz en la comunicación social que inventa las noticias y los hechos, ante lo cual, logrará escribir en un periódico inventando sus crónicas para hacerlas reales. Para defender a los escritores anónimos, a quienes son despreciados. Una rebelión silenciosa en el mundillo literario.

Chirimiri se relaciona con una chica para formar una pareja. Se atraen desde mentalidades diferentes, cuyo contraste permite ver el fondo de cada personalidad literaria que aparecen sin parar. Los personajes del primer tomo, “Chirimiri, el nido de los sueños”, seguirán en esta gran orquesta de situaciones y realidades ocultadas, que giran en torno a los veranos en la sierra como si de un corifeo paisajístico y humano se tratara. Un juego de contrastes que flota en la novela.

Río de Cangas de Onís

Los recuerdos, las ensoñaciones las ideas se convierten en lugares donde habita Chirimiri, que voló de su nido, el nido de los sueños, para darse cuenta que le arrastra la corriente de un río, a veces riachuelo, otras cataratas, nadando a contracorriente sin evitar que le lleve.

Una larga novela que lanza el autor contra la comunicación bonsái de los wasap, de las redes y abrir amplios tiempos de lectura, de mirada interior a uno mismo y a lo mundano para contemplar las huellas de un camino hecho y que aún queda por recorrer.

En tu librería habitual. Si no lo tienen dile al librero que lo pida. OK

Gracias.

Tomos I y II de CHIRIMIRI. Son en total cuatro: «Remolinos de viento» y …

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